Castlevania fue pan comido comparado con esta maldita maldición. Pensaste que le habías quitado los colmillos al Príncipe de las Tinieblas... ¿eh, Simon Belmont? Bueno, piénsalo de nuevo, porque según una damisela en apuros, el malvado Conde Drácula ha dejado una horrible maldición a su paso. ¡Y la única esperanza que tienes de acabar con el terror es destruir las partes de su cuerpo que le faltan! Habla sobre tu aterradora búsqueda, buscando en un laberinto de mansiones, cementerios y bosques oscuros y espeluznantes, cada uno de ellos custodiado por hombres lobo devoradores de hombres, zombis que lanzan fuego y otros demonios diabólicos. Tus sombrías posibilidades se mantienen vivas en Transilvania, donde los aldeanos cobardes ofrecen pistas sobre el paradero de los restos de Drácula. Y donde comprarás armas mágicas, incluidos cuchillos de plata y látigos de fuego. Pero cuidado con la noche. Porque cuando el sol desaparece, la maldición de Drácula se vuelve más mortífera. Y tus posibilidades son cada vez más tenues.